
La Marieta
La Marieta
Dame otra oportunidad.
Una mañana de esas como tantas, entre potinguis y maquillaje, preparándome para enfrentar un nuevo día, recibo una visita inesperada en mi lavabo, una marieta muy oronda se pasea entre mis cosas.
Me preguntaba como había hecho para llegar hasta aquí…es prácticamente imposible…o al menos muy difícil…
Justo cuando estoy a punto de matarla, pensando “vaya bicho que se me ha colado…” hay algo que me detiene…vuelvo a pensar en lo extraño que es que este animalito este en mi cuarto de baño.
Fantaseo…¿quizás me trae algún mensaje?…y es así como la hago prisionera, bajo una tapa transparente de un desodorante que había por ahí…la observo…como lucha por escapar, intenta subir por las paredes de la tapa y no consigue más que quedar patitas para arriba, ahora le toca luchar, pero esta vez para darse la vuelta y así supongo que pasa muchas horas, porque ahí se queda…yo me voy…
Unas horas después, vuelvo, y la encuentro completamente inmóvil, pienso… «posiblemente este muerta», levanto la tapa y continua inmóvil, la toco con el filo de la tapa, y comienza a caminar, vuelvo a ponerle la tapa encima…la mantengo en observación…
A la mañana siguiente, me doy cuenta que vuelve a estar inmóvil y pienso…”si no la liberas, seguramente la dejarás morir…” me sorprendo de mi falta de compasión, crueldad y dureza ante un ser tan indefenso…¿Que hago? continuo observándola…vuelvo a sacarle la tapa de encima, y juego un poco con ella…¡sigue viva!!!…
Le pregunto ¿que vienes a contarme?…¿que mensaje me traes Marieta…? me pregunto ¿en que se parece tu vida, lo que te pasa, a mi vida…?
En ese momento me pongo en el lugar de la pequeña Marieta…y me doy cuenta…que muchas veces me encuentro yo ahí dentro…en observación, prisionera de mi misma, como mirándome a través de una lupa, cada movimiento que hago, cada paso que doy, tratándome con crueldad, sin compasión, mirándome con desaprobación, dejándome morir…a veces como madre, como hija, amiga, o hasta como terapeuta… dejando que los no valgo, no sirvo, no soy capaz, no puedo… invadan mi vida…cuantas veces me dejo morir…
Finalmente decido liberar a mi pequeña amiga, la Marieta «¡¡¡a Vivir que son dos días!!!»- le digo. La dejo posada en una flor de mi pequeño jardín…
-Respiro…
y me doy cuenta…
«de la importancia de dar y darme otra oportunidad».
Que lo puedo hacer algunas veces mejor…y otras peor…¿que más da? lo importante es hacer, no paralizarse, estoy en esta vida para aprender!
Como dice Jeff Foster…
¡VICTORIA!
No tienes que ser el mejor.
Sólo tienes que ser tú mismo.
Sólo tienes que ser real.
Y hablar desde el corazón.
Y saber que tienes el derecho
de ver como ves,
y pensar como piensas,
y sentir lo que sientes,
y desear lo que deseas.
No tienes que ser un éxito
ante los ojos del mundo
y no tienes que ser un experto.
Sólo tienes que ofrecer lo que ofreces,
respirar como respiras,
cometer errores y estropearlo todo y
aprender a amar tus tropiezos y
decir lo incorrecto y dejar
de preocuparte tanto por
impresionar a nadie,
porque al final
sólo tienes que vivir contigo mismo,
y la alegría no es dada sino hallada
en las hendiduras más profundas de tu ser,
de modo que pueda haber alegría al caer
y alegría al cometer errores
y alegría al hacer el ridículo
y alegría al olvidar la alegría
y luego sostenerte a ti mismo a medida que te desplomas
en el suelo y lloras
por los viejos sueños.
Alegría es intimidad
con aquel que amas:
Tú.
No tienes que ser el mejor.
No tienes que vencer.
Sólo tienes que recordar
esta intimidad con
el cielo, la cercanía de las
montañas y sentir el calor
del sol en tu cara
y saber que estás vivo,
y que eres un éxito,
y victorioso,
sin tener que probar
una maldita
cosa.
Gracias querida Marieta…gracias por pasar por mi vida!
Carina L. Cervino Coria-Terapeuta Gestalt
jordi
31.10.2016 at 14:35Gracias Carina por tu bonita reflexion
Moment Gestalt
09.11.2016 at 19:57Gracias a ti Jordi, por leerme!